¿De "quién" son los alumnos?
He escuchado a instructores que se molestan cuando alguien dejó de ir a sus clases y ahora esta persona asiste a clases a otro lugar. Sienten que algo que era "suyo" se fue. Yo talvez me sentí algo así alguna vez en mis inicios hace más de dieciséis años (no lo niego) pero también hace muchísimos años ya entendí algo para no sentirme así: los alumnos no son de nadie.
Hay que ser agradecidos con cada persona que asiste a tu clase porque han apartado tiempo y probablemente han organizado su horario alrededor de tu clase de Zumba®. No hay nada peor que un instructor que no está consciente que las personas en su clase hacen un esfuerzo en asistir a ella. Escogieron tu clase ese día y esa hora y hay que agradecerles por eso, pero eso tampoco significa que sean "tuyas" esas personas.
Como instructores, debemos dar lo mejor de nosotros en cada clase y asegurarnos que cada asistente disfrute al máximo el tiempo que pasa con nosotros. La clase es para ellos. Para los alumnos.
Los alumnos consideran distintos factores a la hora de escoger un lugar o instructor de Zumba®. Ven factores como economía, cercanía, horario adecuado, instalaciones, etc., etc. Así que no lo tomes personal cuando alguien ya no asista a tus clases. Los alumnos siempre son y serán libres de tomar las decisiones que deseen por las razones que consideren pertinentes. Por lo tanto, tampoco inicies peleas con otros instructores por esta razón. Simplemente no tiene sentido.
Trata de dar una clase espectacular de forma consistente y probablemente te convertirás en uno de los instructores favoritos de alguien. Esa persona te visitará cuando tenga oportunidad, aún cuando no pueda asistir de forma regular. A las personas les gustan distintos instructores por distintas razones y a veces van durante un tiempo con alguien y durante otro tiempo con otro. No hay nada de malo en eso. Y si a la persona le gustó más otro instructor, pues tampoco hay nada de malo en eso.
Así que conviértete en uno de los instructores favoritos de las personas. Agradece cada vez que te visiten y no te molestes cuando vayan a otras clases o eventos. No hay razón para molestarse ni con los otros instructores y mucho menos con las personas que asisten a las clases.
Disfruta de cada clase y contagia a los asistentes de la alegría con la que ves la vida. Haz sonreír a cada persona que toma tu clase. Dales ese empujoncito que necesitan para alegrarles su estado de ánimo. Tú no sabes muchas veces por lo que están pasando las personas que asisten a tu clase y lo importante que es para ellas esa chispa de energía que le estás transmitiendo. Ésa es su hora de felicidad y por eso debes dar lo mejor de ti.
Si la persona tiene oportunidad de regresar a tus clases lo hará. Y si no lo hace, no pasa nada ;)
